Dirección: Valentí Figueres Reparto: Jordi Collado, Valentí Piñot, Anthony Senen, Joan Raga Título en V. O: El efecto K. El montador de Stalin Nacionalidad: España Año: 2012 Fecha de estreno: 08-11-2013 Duración: 124 Género: Documental Color o en B/N: Color Guión: Valentí Figueres, Helena Sánchez Bel Fotografía: Pablo García Música: Luis Prado Sinopsis: El efecto K nos presenta la extraña y asombrosa historia de Maxime Stransky -actor, espía y aventurero de la Revolución, falsificador y productor de Hollywood, el montador de cine de Stalin- narrada a través de sus filmaciones amateurs, de sus home movies privadas. Esta es la odisea de aquellos que se arriesgaron a soñar y fueron devorados por sus sueños. Una aventura en los orígenes del cine y las utopías, una road movie histórica. This content is imported from Third party. You may be able to find the same content in another format, or you may be able to find more information, at their web site. This content is created and maintained by a third party, and imported onto this page to help users provide their email addresses.
El efecto K. El montador de Stalin Tráilers y Vídeos Reparto Críticas de usuarios Críticas de Medios Crítica de SensaCine Fotos Ver el tráiler puntuar: 0. 5 1 1. 5 2 2. 5 3 3. 5 4 4. 5 5 ¡Quiero verla! Escribir mi crítica Sinopsis Película no recomendada a menores de 7 años La película El efecto K. El montador de Stalin nos cuenta la historia de Máxime Stransky a través de sus primeras películas, films amateurs con muchos tintes personales impregnados de carácter. Mezclando el visionado de sus cintas con una historia de ficción, conocemos los entresijos de unos años turbios en la historia de Rusia: el cambio de la dinastía zarina a la revolución que precedió a la Unión Soviética. En este tiempo, Máxime se hizo amigo del famoso cineasta Sergei Eisenstein ('El acorazado Potemkin'), que a su vez era amigo y montador de cine de Joseph Stalin. Stransky y Eisenstein compartirán un breve camino juntos que se verá finalizado al forjarse dos caracteres completamente distintos. Mientras Eisesntein sigue ligado al régimen soviético, Stransky actúa como actor y espía para Stalin, implicándose en diversos acontecimientos políticos que, por ejemplo, llevan a traicionar a su viejo amigo.
Time Out dice 3 de 5 estrellas El cine, recordemos, no sería lo que es si no hubieran existido los pioneros rusos, Komarov y Pudovkin, y todos los grandes abanderados de la vanguardia soviética que sentados en las moviolas del Laboratorio de Moscú alimentaron, durante años, el sueño bolchevique. Desde Valencia y en pleno siglo XXI, un hombre, de nombre Valentín Figueres, les rinde homenaje, contando la historia de Maxime Stransky, compañero de fatigas de Eisenstein, alumno de Vertov y espía de Stalin, adoctrinado en la disciplina fabril de Lev Kuleshov. Este último, la K mayúscula del título, es el gran ejemplo de todas las posibilidades del montaje y, por extensión, de la magia del cine. Por eso me sorprende que, fuera del núcleo cinéfilo más duro, sea tan poco popular. Se ganó tal título el día en que colocó la cara inexpresiva de Ivan Mosjoukine ante un plato de sopa e hizo que sus ojos vacíos de intención se convirtieran en los ojos de un hombre hambriento. Es para recordar este tipo de cosas que un filme como éste me parece, aún ahora, tan necesario.
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