Pero el proyecto duró sólo seis meses. En caso de que los soviéticos lanzasen un ataque con misiles nucleares sobre Estados Unidos, la misión de las bases Safeguard era proteger los silos de misiles americanos para que pudiesen responder al ataque. En los 1980s, la pirámide sirvió por algún tiempo como un campamento para jóvenes y en el 2012 fue subastada por el gobierno. Se sabe que estas reliquias de la era nuclear son a veces muy cotizadas en círculos milenaristas. Según investiga el sitio Fusion, la comunidad religiosa de los Hutterite, una secta insular pacifista, logró adquirir la propiedad pagando $530 mil dólares, superando al Condado Cavalier, que buscaba convertirla en un destino turístico con fines de lucro. El grupo religioso al que ahora pertenece la pirámide no ha hecho nada con ella, sólo sembrar soja y alfalfa en derredor. La razón por la cual la adquirió habría sido meramente financiera, no religiosa. Varios seguidores de las teorías de conspiración consideran el lugar una base illuminati, una posible arma del fin del mundo, cuyo diseño se inspiró en las pirámides mayas.
Con una suerte de refrito de la Guerra Fría sucediendo en estos momentos entre Rusia y naciones como y el Reino Unido, la Pirámide de la Pradera en Nekoma debe recordarnos más que nunca el peligro de las armas nucleares y la lucha por evitar su uso. En su momento, fue un monumento al fin del mundo… que nunca fue, y depende de nosotros que nunca lo sea en el futuro. ¿Te gustó lo que acabas de leer? ¡Compartilo! Artículos Relacionados 2 comentarios